Crítica a Maravilloso Desastre
- Books Create Imagination
- 1 feb 2018
- 9 Min. de lectura

Maravilloso desastre-Jamie McGuire, Para la siguiente crítica les pido por favor que presten atención a la sipnosis del libro que está en el banquillo del acusado el día de hoy. Tan solo lean y mediten. Sipnosis: La chica buena Abby Abernathy no bebe, no se mete en líos y trabaja muy duro. Cree que ha enterrado su oscuro pasado, pero cuando llega a la universidad, un rompecorazones conocido por sus ligues de una noche pone en peligro su sueño de una nueva vida. El chico malo Travis Maddox, sexy, musculoso y cubierto de tatuajes, es justamente el tipo de chico que le atrae a Abby, justamente lo que quiere evitar. Dedica sus noches a ganar dinero en un club de lucha itinerante, y sus días a ser el estudiante ejemplar y el seductor más popular del campus. Toda una mezcla explosiva. ¿Un desastre inminente... Intrigado por el rechazo de Abby, Travis intenta colarse en su vida proponiéndole una apuesta que trastocará sus mundos y lo cambiará todo. ... o el inicio de algo maravilloso? ¿Ya la leyeron? Por favor si ya leíste te pido que no nos cuentes que tuviste que salir corriendo a vomitar o que escupiste toda la pantalla del celular. Si hay algo que de mérito para Jerry Mcguirre es su honestidad en reconocer la mierda que estaba escribiendo y ofrecerla como tal sin omitir nada en la sipnosis. Pero fue tan inteligente que sabía que semejante mierda iba a hacer un éxito de ventas de cualquier forma y lo iba a llenar de verdes, punto para Jerry. Este libro le hace honor a su título, yo puedo resumir esta lectura como un auténtico desastre. No me gusta hacer reseñas negativas pero esta va a ser una de ellas. (Nótese el sarcasmo) Abby, nuestra protagonista empieza un nuevo curso en la universidad junto con su mejor amiga América. Es una chica estudiosa y nunca o casi nunca se mete en líos. Pero su vida empieza a cambiar cuando su mejor amiga se enamora de Shepley. Pero cuando todo parece que va bien en su vida, todo empieza a cambiar. Después de que América empiece a salir con Shepley conoce a Travis Madoxx el rompecorazones. El que nunca se enamora,el que utiliza a las chicas a su antojo. Ese Travix. Por lo que Abby no está dispuesta a caer en sus encantos. Aunque el argumento no me llamaba mucho la atención sentí mucha curiosidad por los personajes. En teoría la historia está contada en primera persona por Abby, nuestra protagonista, pero en muchos momentos la narración se vuelve tan confusa que no sabes quien hace que cosas. En fin, Abby es una chica normal que intenta olvidarse de su pasado. Al principio sí que me gustaba pero poco a poco acabé odiándola, me ha parecido la protagonista más tonta que he leído, sus acciones son estúpidas y me ha parecido inaguantable. Por otro lado tenemos a Travis, el chico malo que vive atormentado. Lo típico. El chico que nunca se ha enamorado. Al igual que Abby al principio si que me gustó mucho pero poco se a volviendo muy agresivo y posesivo hasta el punto de rozar la violencia. No me ha gustado nada. Este libro es tan malo como el mismo olor a mierda, con una historia tan absurda que no merece la pena leerlo. Ni los personajes, ni el escenario, ni nada en absoluto merece la pena de este libro. No aporta nada nuevo y está lleno de tópicos. En definitiva, Maravilloso desastre es un como dice el título un desastre de libro. ¿Me ha gustado algo de Maravilloso desastre por poco que sea? Sí, y dicen que siempre es mejor empezar por lo positivo. Maravilloso desastre tiene un primer capítulo que solo puedo definir como brillante. Casi una obra maestra. Ese primer capítulo es una de las mejores parodias de la novela juvenil romántica que he leído. Una muestra perfecta de como reírse de un género, parodiarlo, mostrar sus incongruencias, flaquezas y estereotipos. Estilo ramplón, personajes unidimensionales, apuntes de una trama inconsistente que no conduce a nada, pero todo muy divertido. Para que entendamos el nivel, un ejemplo. Travis está en plan pesado con Abby, va, tía, pero si estoy bueno, vente conmigo a ñaca-ñaca. Ella no quiere saber nada de él e idea un plan maestro para que él se deje de acosarla y se olvide de su existencia. ¿Cuál? ¿Romperle la moto? ¿Ir a su casa y cagarse en su cama? ¿Arrancarle un pezón con unas tenazas oxidadas? No. El plan de Abby, ejemplo de sofisticación y que demuestra que Maquiavelo es una mieeeeerda comparado con ella, es, agárrasense los machos, quedar con él e ir fea a la cita para que Travis se avergüence y no quiera saber nada más de ella. ¿Se arranca algún diente, corta la punta de la nariz y se baña en entrañas de pescado podridas? No, va sin maquillar, lleva chancletas y se ha puesto gafas de pasta. Así conseguirá que él pase de ella. Oh sorpresa, el plan no funciona y Travis sigue empeñado en meterla en caliente con Abby. Magistral. Por desgracia, Maravilloso desastre no es una parodia y la novela está escrita sin una pizca de ironía ni sentido del humor. Lo que en ella ocurre va en serio. Una novela prácticamente sin trama y la poca que hay, absurda e inconsistente. Los personajes. Abby, mosquita muerta que aparenta no ser nada, aunque esconde un pasado de talismán de la suerte y jugadora de poker. Es la más guapa, la más divertida, la más inteligente, con la que mejor te lo pasas bebiendo en una fiesta, a la que le quedan bien todos los vestidos y a la que todos los tíos desean. Modesta, fuerte y con carácter. Y con un buen cuerpo y flexibilidad. Ah, y es virgen, claro. Dechado de virtudes y centro de un universo en el que todo, absolutamente todo gira a su alrededor. No solo los chicos y las perras envidiosas, sino las conversaciones ajenas, las miradas del bulto, la subtrama (¡ja!) mafiosa, las discusiones entre sus amigos, la música que suena en las fiestas, etc. Todo al servicio de un personaje inconsistente, caprichoso, egocéntrico, narcisista y contradictorio que con sus acciones y decisiones contribuye al absurdo de la trama. ¿De verdad que lo mejor para alejar a un chico lo mejor es perder la virginidad con él? ¿Reprochas a tu pareja que sea violento, pero le animas a que le parta la cara a un tipo por una broma? ¿No quieres volver a ver a alguien, pero al primer chasquido, corre? Todas sus decisiones son contradictorias y por este motivo la trama va dando tumbos. ¿He dicho la trama? ¿Qué trama? Luego vuelvo con ello. Travis, el chico malo. El personaje creado para que las lectoras mojen las bragas y se resbalen cuando se levanten del sillón de lectura. Para que aquellas con pareja miren al trozo de carne que tienen al lado y se pregunten por qué no pueden tener un hombre de verdad con ellas. Despertar suspiros, pasiones, ojos en blanco, mordidas de labios y digitosatisfacciones. Fuma, bebe, conduce sin casco, va tatuado y participa en peleas ilegales para sacarse cuatro cuartos y pagarse los estudios. Un personaje psicológicamente enfermo que crea una relación de perversa dependencia con Abby. No es nada sin ella, no puede vivir sin ella. Un amor enfermizo que lo aboca en segundos de la más completa felicidad a estallidos de extrema violencia. Celoso de una forma patológica que necesitaría asistencia psiquiátrica no deja que ningún hombre respire cerca de su pareja. No le gusta que su pareja hable con otros hombres, vaya vestida de según qué forma porque no soporta lo que los demás puedan pensar de ella, obsesionado por ser el único que se haya acostado con ella y amenaza de muerte al ochenta por ciento del elemento masculino que aparece en la historia, amen de darle una paliza a unos cuantos. Asfixiante, acosador, obsesivo, violento, desagradable para a los pocos segundos convertirse en un amasijo de carne lloroso que pide perdón por todo el mal que ha hecho para a continuación volver a la amenaza, coacción y como la mires te arranco la garganta, tío. Por supuesto, a Abby todo este violento control le parece la mar de romántico y chupi guay. Entre ambos se establece una relación de dependencia obsesiva y enfermiza cimentada en la desconfianza, la pelea, la obsesión por lo que los demás piensen de ellos (aunque lo nieguen continuamente), la coacción y el marcaje de territorio. ¿Acaso Abby protesta o se siente asfixiada por estar con alguien que solo quiere que sea suya y la aleja de forma sistemática de cualquier amigo masculino? No, porque eso es amor. El control, el acoso, los celos y los estallidos de violencia es amor. Y no, la novela no es un estudio de un amor destructivo o una recreación del amour fou de los surrealistas. Es una historia romántica escrita para emocionar y maravillar. Para conseguir que los lectores digan aquello de esto es lo que quiero. ¿Y los secundarios? Puras comparsas. No tienen más entidad que aquella que les otorga el binomio Abby/Travis. America es la amiga más divertida y vivaracha que sale con un primo de Travis. Su único propósito en la novela es servir de consuelo a la protagonista y aconsejarla que huya/ame a Travis según las necesidades de la autora. Tiene una absurda subtrama con sus historia de amor con el primo protagonizando algunas de las peleas de enamorados más ridículas que he leído. Parker es el tercero en discordia que solo está para ser puteado, despreciado y ser objeto de burla y celos de Travis. Es un lado oscuro, el mal, el típico tipo aburrido que trata bien a la prota, conduce con prudencia, es responsable y no se mete en peleas ni en malos rollos. Y luego sale un mejor amigo gay que solo demuestra su condición sexual porque lo dice ya que nada demuestra que le gustan los hombres. Es uno de esos gays blancos y puros que aparecen en las novelas que son divertidos, visten bien y el mejor cojín de lloros. Luego está el pervertido que recibirá un justo castigo (Travis lo matará de una paliza al final de la novela; un asesinato que no traerá consecuencias con la policía, ni con la relación con los demás, ni con su pareja...), la familia de Travis que, claro, adoran a Abby porque cocina para ellos el día de Acción de Gracias. Y bulto y más bulto. Tipos que babean por Abby y zorrones que chorrean por Travis (curiosos que con excepción de America y Abby, el resto de las mujeres de esta novela sean o masa gris e informe, o putones que masturban su pelo cuando en la habitación entre el gran hombre polla). Ah, y el mejor personaje de la novela, Kara, la compañera de habitación de Abby en la residencia y que su cometido consiste en pasarse la novela leyendo libros y despreciando son su silencio a los protas. El único personaje con el que me iría de copas. Y todos actuando en una historia cuyo principal problema es que no tiene historia. Chica soltera y sin compromiso conoce a chico soltero y sin compromiso. Se gustan y no hay nada que les impida estar juntos así que vamos a enredar lo simple e inventar problemas que no existen para justificar las 470 páginas que tiene este bodrio. Ahora sí, ahora no, ahora somos amigos, ahora la apuesta más estúpida de la historia, ahora duermes conmigo, ahora sí, ahora no, ahora salimos juntos, ahora ñaca ñaca, ahora me voy y venga, más nada y más vacío argumental y más páginas que no sirven para nada. Y cuando ya no queda nada más y la novela se estaba convirtiendo en un marasmo de amenazas de muerte por pedirle la hora a mi novia, aparece una absurda trama con una mafia de Las Vegas que parece sacada de una serie de Disney Channel. ¿Para qué sirve este paréntesis en la novela? Una excusa para que Abby saque a su padre paseando y para que los protas vuelvan a discutirse y volver al ahora sí, ahora no que era la columna vertebral narrativa de la novela hasta un final feliz con boda donde Travis consigue lo que quiere, que Abby sea suya y acabe anulándose del todo a su favor simbolizado en ese tatuaje que ella se hace con la leyenda "Sra. Maddox" donde renuncia a su personalidad y a su nombre por él. Porque la novela acaba donde empieza y no existe una evolución de los personajes a lo largo de las interminables páginas. Ella sigue con sus problemas de narcisismo y él continúa siendo obsesivo, violento y celoso. Un viaje de casi quinientas páginas que no conduce a nada más que a hacer perder el tiempo al lector. Quizá esto es lo que más me ha molestado de la novela (si no contamos la identificación de celos/violencia con amor verdadero y ese mensaje tan conservador de que él puede haber follado con quien quiera, pero ella debe mantenerse intacta hasta el momento adecuado), que los personajes no hayan evolucionado. En principio, toda novela es un viaje y aquel que sale de la Comarca o de Ítaca no es el mismo que cuando regresa. Entre una partida y un regreso, los personajes viven acontecimientos que los lleva a evolucionar y a crecer ante ellos mismos como personajes y ante los ojos del lector. Pero aquí no. Los personajes son los mismos en la primera página y en la última. A pesar del viaje, no han aprendido nada y uno han crecido. Siguen igual. Y si al menos todo esto estuviera bien escrito o explicado, la forma podría llegar a compensar en algo al fondo, pero no es el caso. Eso sí, el estilo simplista, ramplón y repetitivo de la novela está acorde con la historia que explica. Maravilloso desastre es una perdida de tiempo, una mala novela sin una forma definida y una historia absurda, desagradable y mal explicada. Una lectura que solo me ha aportado indignación, dolor de cabeza y una prohibición por parte de A. de comentar en voz alta la evolución del libro. Una mala novela que espero olvidar pronto.
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